Son las veladas en el parque de El Chamizal lo que mas echo de menos. Mi mami me llevaba cuando era pequeña, iba acompañada de mis primos y corríamos y jugábamos a la pelota. Mi mami siempre reía, mi papi no reía tanto, el siempre llevaba un libro, se sentaba debajo de un árbol y nos miraba por horas. Luego nos sentábamos todos juntos y mi mami nos leía un cuento, historias de magia y grandes aventuras, no me cansaba de escucharla, sentada a su lado en el parque hasta que se hacía tarde.
Muchos años después, ese parque me remonta a mis primeros besos, a los veranos en que la sangre corría inquieta por mis venas y el calor inundaba mi cuerpo. A aquellos tiempos en los que me acariciabas la piel, nos escondíamos en las sombras de los árboles y riendo suavemente nos descubríamos el uno al otro con cierta inocencia.
Así es como recuerdo el parque de El Chamizal, quizás son tantos los recuerdos que por eso no he vuelto a estar ahí en años...
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